Le petit prince

Todo el mundo sabe que cuando es mediodía en los Estados Unidos el Sol se pone en Francia. Desgraciadamente Francia está demasiado lejos pero sobre tu pequeño planeta te bastaba mover tu silla algunos pasos y contemplabas el crepúsculo cada vez que querías.

-Un día vi ponerse el Sol cuarenta y tres veces
Poco después agregaste: ¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol.
+¿Estabas, pues, verdaderamente triste el día de las cuarenta y tres veces?- El principito no respondió

BLACK

 

Five.

El tiempo tan sólo es una medida que ocupa un lugar en el espacio y el tiempo que no se puede tocar, pero sí medir. Se puede medir con horas, segundos o minutos, días, meses o tal vez años o siglos, con un reloj o con la arena, con el Sol pero lo midas como lo midas el tiempo pasa y cada vez queda menos para subirte a un escenario y darlo todo sin pensar. 5 días, 120 horas y 7200 minutos.

                                                      Tiempo, paciencia, emoción, concentración, nervios, ganas.

Raro, no digo diferente digo raro.

Inconformismo, atrevido, indiferente, raro.
Pongamos imaginación, lo mejor de nosotros, nuestras virtudes, nuestros defectos y nuestros momentos que hacen de nosotros lo que somos, incorformistas soñadores de la vida, bailarines danzantes entre el murmullo de las ciudades.

Seamos pintores de montmartre en París, locos montañistas escalando la señora estatua de la libertad de Nueva York, pequeños destructores del gran muro de Berlín, actores hablando al eco del Romano Coliseo, locos nadadores entre canales de Venecia, acrobatas sobre el puente de la roja San Francisco, atrevidos saxofonistas en Nueva Orleans, magos alumnos de Hogwarts, pacifistas canadienses, bebedores de sangre en transilvania, corredores de la gran muralla China, ladrones de tesoros en pirámides de Egipto, cazadores de duendes Irlandeses o un Gaudí de Barcelona. Exploradores de mundos inexplorados.

Dicen que hoy lloraba el mar.

Amanece y en la ría todo es del mismo color, en el puerto las redes se han quedado sin labor, sin argumentos se ha quedado en esos ojos la ilusión.